Los medios adictos al poder económico no son un fenómenos de nuestro tiempo. Tampoco es una manía local. El aparato de propaganda trasciende fronteras y épocas, convirtiéndose en el idioma común dentro de los grupos allegados al poder económico, que no siempre coincide con el poder político. Sin embargo, la Alemania nazi, la Rusia comunista y la América macartista son los ejemplos más claros de la utilización de los medios como vehículo del pensamiento político. Pero debemos decir que existe otra clase de poder comunicacional que básicamente se rige por intereses exclusivamente económicos. Las grandes sumas de dinero no sólo existen en relación a poderes concentrados que actúan como monopolizadores del concepto propagandístico, sino que algunas veces son bastiones de resistencia ideológica de muy dura raigambre. Un ejemplo claro lo encontramos en Argentina con la obcecación de los empresarios "K" con con una cantidad de medios que, otrora, dependían de la pauta oficial. Resulta una paradoja que el aparato comunicacional del gobierno actual sea tan pobre y que, en cambio, la pasada década cunda tanto en la parafernalia mediática hasta el colmo de no tener fin tras el cambio de administración. Corren rumores muy sólidos que argumentan cómo, cuándo y por qué la ex presidenta Cristina Fernández, por ejemplo, ha aumentado las arcas de sus consuetudinarios medios adictos con pagos cuantiosos a quienes hace no mucho tiempo dependían del apoyo oficial. Como añorando el pasado reciente, atraídos por un nuevo pacto de sumisión hacia el poder económico de la familia que rigiera el país por doce años, los socios derivados del empresario kirchnerista Cristóbal López, siguen haciendo favores al poder "K", reeditando en canal 9 y América, un discurso similar al de productos como “6,7,8”, “Fútbol Permitido”, “Duro de Domar” y “Televisión Registrada”.

“Diferentes analistas de los medios ven en esta acción una forma del kirchnerismo de poder seguir manteniendo su relato una vez fuera del poder, como una trinchera mediática para defenderse ante la posibilidad de que avancen más los investigaciones por casos de corrupción” (ver Hoy en la Noticia, la Plata. “monopolio K”).

La construcción mediática que mantiene vivo al kirchnerismo, hoy en día es muy grande y casi el 80% de los medios audiovisuales del país está concentrado sólo en 5 manos que, ciertamente, son leales a sus intereses. El tema se vuelve aún más preocupante cuando aquellos que se quedaron con estos medios son exclusivamente empresarios con identidad ideológica, ligados al reciente y tan cuestionado capitalismo de amigos "K", que no es otra cosa que una especie de élite que instauró el kirchnerismo con fines claramente propagandísticos.

Desde lo plenamente discursivo, las acciones del ex gobierno siempre han ido en favor de la intención de “garantizar el derecho humano universal a la información y a la libertad de expresión”, cosa que en la práctica no ha sucedido con tanta fluidez como la que se proclama. Contrariamente, buscaron amalgamar la oferta comunicacional, a fin de establecer una sola voz de supuesta raigambre popular. En el presente, esta tendencia, representaría una aparentemente masiva inconformidad capaz de reclamar por los padecimientos locales e, incluso, por los que se disputan en toda la región. Ver si no la actitud que han tomado estos medios respecto a la problemática de Brasil.

Pero, ¿cómo se alimenta una red de medios adictos? El oficialismo, como ya hemos visto, no ha podido homogeneizar su voz y, como lógica consecuencia, la militancia K ha tomado esto como una debilidad. El relato consolidado en la última década, sirve entonces de esta manera para volver a adoctrinar a los convencidos del “modelo” con la misma eficacia que hace unos pocos meses. Proponer que el de Macri es un gobierno “reaccionario” que va en contra “de las conquistas logradas”, es de fácil lectura y, como se ha mostrado en los últimos tiempos, los medios adictos al kirchnerismo parten de este supuesto como si se tratase de una verdad ontológica. Por lo que se ve, especialmente en la programación de TDA, la dirección de la militancia se concentra en mantener su voz más allá de la derrota electoral, a fin de alimentar el caos, la expectativa incumplida y el nerviosismo social. Ahora, ¿de dónde sale el dinero para mantener vivo este aparato de propaganda? Una fuente autorizada del riñón informativo de C5N, en un bar de Palermo, nos confesó hace sólo una semana: “¿Dónde creés que está la guita de Báez que no encuentran?”.

“Cristóbal López ya había entrado a los medios con la compra de C5N y Radio 10 a Daniel Hadad en 2012, de Ideas del Sur a Marcelo Tinelli, y a principios de este año le siguió con la compra de la productora La Corte que tuvo una porción en la producción del cuestionado Fútbol para Todos, y la adquisición de los diarios Ámbito Financiero y The Buenos Aires Herald” (ver Hoy en la Noticia, la Plata. “monopolio K”). Pero la lista no termina aquí. Muchos programas y comunicadores de América, CN23 e incluso en la TV llamada pluralista, siguen jugando este juego de “miente, miente, que algo queda”, basándose en los esquemas de una frase lamentable que reflotó Goebels, el ministro encargado de la propaganda del gobierno de Adolf Hitler en la Alemania Nazi.

NARed, Argentina

LA AGRESIVA ARREMETIDA IDEOLÓGICA DE C5N

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